Por Camilo
Cruz: Después de
hablar del éxito y de lo que necesitamos hacer para triunfar por casi dos
décadas, durante mis presentaciones y seminarios una y otra vez las personas se
me acercan y me dicen: Doctor Cruz solo quiero hacerle una pregunta: ¿Si
tuviera que compartirme un solo secreto del éxito, cuál sería el más
importante? O me preguntan: ¿Cuál es la clave para triunfar, cuál es el primer
paso, el más importante de todos? ¿Qué es lo primero que tengo que hacer para
alcanzar las metas que me he propuesto y lograr el éxito?
ÉXITO Y FRACASO PERSONAL. ¿QUÉ ES LO OPUESTO DE ÉXITO?
Así que para
responder a este interrogante, un día decidí darle la vuelta y empezar por
preguntar: ¿Qué no debo hacer si quiero triunfar, qué debo evitar? Y un
día en medio de un seminario le dije a la audiencia de más de 1000 personas:
Les voy hacer una pregunta y quiero que me respondan lo primero que se les
venga a la mente, lo primero que se les ocurra. Y luego les pregunté: ¿Qué
es lo opuesto de éxito? Y todo el mundo respondió ¡FRACASO! ¿Y
saben qué? Unos meses atrás yo hubiese respondido lo mismo, porque desde
pequeño parece que se nos ha enseñado que lo opuesto del éxito es el fracaso,
que el enemigo es el fracaso y que hay que evitarlo a toda costa.
EL FRACASO ES PARTE DEL ÉXITO
Por supuesto
después de perseguir tus metas, caerte, levantarte y empezar de nuevo y volver
a caerte y evaluar qué es lo que estás haciendo mal y aprender, crecer y
experimentar más fracasos, caídas y aprender de ellas y finalmente lograr tus
metas, pues tu descubres que el enemigo del éxito no es el fracaso como
muchas veces pensamos, descubres que las caídas y los fracasos en general son
simplemente parte del camino que nos llevan a la realización de nuestras metas,
que ellos nos dan la oportunidad de aprender importantes lecciones, que si no
fueran por los fracasos no nos daríamos cuenta de los hábitos que debemos
cambiar o las conductas que necesitamos corregir para continuar avanzando en la
vida.
REFLEXIONES SOBRE EL FRACASO. EL VERDADERO ENEMIGO DEL ÉXITO.
Seguramente
todos podemos recordar fracasos y caídas que hemos sufrido en algún momento
después de los cuales emergimos más fuertes más sabios y mejor preparados para
enfrentar la vida, es indudable que las adversidades engendran éxitos. Así que
en aquel momento comprendí una importante lección quizás la más importante que
había aprendido hasta ese momento.
Aprendí que
el verdadero enemigo del éxito no es el fracaso sino el conformismo y la
mediocridad, porque la mediocridad no nos enseña ninguna lección, no hay nada
que podamos aprender de ella. Es más, cuando nos contentamos con vivir una vida
promedio paramos de aprender, así que los verdaderos enemigos, aquellos que
debemos evitar a toda costa, son la mediocridad y el conformismo, y quiero
hacer énfasis en esto porque muchas personas eluden el fracaso como si fuese
una plaga que debemos evitar a cualquier precio, obviamente no estoy sugiriendo
que debamos fracasar a propósito, no obstante hemos aprendido a temerle tanto a
las caídas que en nuestro afán por evitarlas hemos terminado por contentarnos
con segundos lugares con tal de eliminar cualquier riesgo que nos pueda
ocasionar un fracaso.
DEJA DE SER MEDIOCRE Y TU VIDA CAMBIARÁ
Terminamos
con contentarnos con trabajos mediocres pero seguros en lugar de empezar
nuestra propia empresa o soportamos relaciones de pareja abusivas porque
creemos que no hay nada que podamos hacer para cambiar dicha situación o que si
buscamos algo mejor seguramente terminaremos en peores condiciones, hemos
crecido escuchando aquel viejo refrán que dice “Más vale poco que nada”, y
entonces pensamos que es mejor contentarnos con lo poco que tenemos y ser
agradecidos y no querer tener más y arriesgarnos a perderlo todo, o evitamos
tomar cualquier tipo de riesgos por miedo a fracasar porque hemos aprendido una
gran mentira y es que fracaso es sinónimo de fracasado y por supuesto nadie
quiere ser un fracasado, así que mi sugerencia es que en lugar de desperdiciar
nuestro tiempo tratando de evitar cualquier caída en nuestra vida, lo que
debemos hacer es eliminar todas las escusas y falsas creencias que conducen a
la mediocridad y esa es precisamente la historia de la vaca, un relato sobre
cómo librarnos de los hábitos, excusas y creencias que nos mantienen atados a
una vida de mediocridad.
Mi intención
al compartir contigo esta metáfora es que podamos observar los efectos tan
devastadores que el conformismo puede tener sobre nuestra vida y los grandes
cambios que ocurren cuando finalmente decidimos deshacernos de todas nuestras
excusas, pero me gustaría que fueras tú mismo quien encontraras las enseñanzas
que se desprenden de esta historia y si descubres que no aprendiste nada pues
seguramente esa es tu vaca, quiero que sepas la trágica historia de la vaca y
pienses en las aplicaciones que puedan tener en tu propia vida.
NOTA:
Si ya conoces la historia o anécdota de la trágica historia de la vaca, puedes
continuar leyendo este artículo, si aún no sabes cuál es, te invito a leerla
para que entiendas la moraleja de esa historia.
EL CONFORMISMO Y FRACASO NO SON LO MISMO
¿Cuál es la
moraleja de esta historia? Yo diría que al igual que esta familia, muchos de
nosotros obviamente sin planearlo permitimos que la mediocridad se apodere de
nuestra vida y lo hacemos cuando logramos convencernos que lo poco que tenemos
es más que suficiente, el conformismo se apodera de nuestra vida y se convierte
en una cadena que no nos permite buscar algo mejor. TÚ sabes que no eres feliz
con lo que posees pero tampoco eres totalmente miserable, estás frustrado con
la vida que llevas, más no lo suficiente como para cambiarla. ¿Ves lo trágico de
esta situación?
Porque
cuando tienes un trabajo que detestas y con el que no logras satisfacer tus
necesidades económicas mínimas y que no te trae absolutamente ninguna
satisfacción es fácil tomar la decisión de dejarlo y buscar uno mejor. PERO
“Cuando tienes un trabajo que no te gusta, que no te satisface y que no es lo
que verdaderamente quisieras estar haciendo, PERO que cubre tus
necesidades mínimas y te ofrece cierta comodidad, pues es fácil conformarte con
lo poco que tienes, es fácil caer presa de esa idea de dar gracias que por lo
menos cuentas con algo, después de todo hay muchos que no tienen nada, y ya
quisieran contar con el trabajo que tú tienes”.
Esa actitud NUNCA
te permitirá progresar a menos que te deshagas de ella, no podrás
experimentar un mundo distinto al actual. Ahora déjenme hacerles una pregunta:
¿Cuántos de ustedes tienen la ligera sospecha de que es posible que hayan
venido cargando con una que otra vaca por algún tiempo? ¿Y sabes qué? No
necesito ver tu cara para saber tu respuesta.
Porque lo cierto es que todos
tenemos vacas es nuestras vidas, todos llevamos acuestas creencias,
excusas y justificaciones que nos mantienen atados a una vida de mediocridad,
suena un poco duro pero lo cierto es que nosotros nos inventamos excusas que ni
nosotros mismos nos creemos y cargamos con pretextos y disculpas para explicar
por qué no estamos viviendo la vida que en realidad deseamos vivir. Y escucha a
ver como suenan las vacas a ver si por casualidad tú has oído algunas de ellas,
ahora no quiero insinuar que tú las tengas, simplemente quiero compartir
algunas de ellas contigo o algunas de las más comunes a ver si te suenan
familiares: ¡Ahí vamos!:
- Yo estoy bien, hay otros en
peores circunstancias.
- Odio mi trabajo, pero hay que
dar gracias que por lo menos tengo algo.
- Hay si mis padres no se
hubieran divorciados, quizás me hubiese ido mejor en la vida, la culpa no
es mía, es de ellos.
- Mi negocio no ha crecido,
porque es que mi esposa no me apoya, yo no soy el culpable, yo soy la
víctima.
- Me gustaría poder hacer más
ejercicios pero lamentablemente no hay un solo gimnasio cerca de donde yo
vivo. QUE VACA.
No es que yo
sea perezoso, lo que sucede es que no quiero empezar nada nuevo hasta que no
esté totalmente seguro si puedo dar un 100%.
- Quisiera leer más pero no tengo
tiempo, no me queda ni un minuto libre y pensar que hay personas que
tienen la vergüenza de decir esto.
- Ya sé que debería compartir más
tiempo con mis hijos pero la verdad es que llego demasiado cansada del
trabajo y pues yo trabajo para proveerles una mejor vida y con ello les
estoy mostrando que los amo.
¿Te imaginas
el peligro de esta vaca?
O que tal
esta, que es una de las preferidas de los latinos que viven en estados unidos:
- Pues para no hablar inglés no
me ha ido tan mal.
- Yo quiero triunfar pero es que
no estudie, es que no tengo carro, o es que no hablo inglés o vivo muy
lejos, o soy muy joven y nadie me toma enserio o soy muy viejo y nadie me
escucha.
- Es que en este país no hay
apoyo para los empresarios.
- Mi familia siempre me está
criticando o un montón más de excusas, pretextos y justificaciones que
utilizamos a veces sin darnos cuenta y que como la vaca de nuestra
historia no nos dejan avanzar, no nos permite salir adelante y nos
mantienen atados a una vida de conformismo, privándonos de ver todas las
oportunidades que pueden estar frente a nosotros.
DE NUEVO OTRA PREGUNTA:
Así que
déjame ahora hacerte de nuevo otra pregunta, pero ahora déjame hacértela un
poco más personal: ¿Crees tú, si tú, tu que me estás leyendo? ¿Crees tú que es
posible que estés cargando con más vacas de las que debieras? Si has respondido
afirmativamente, lo que leerás en el resto de este artículo te ayudará a
deshacerte de todas tus excusas, de todos tus pretextos y de todas las
justificaciones que has venido utilizando, en otras palabras, aprenderás como
deshacerte de todas tus vacas.
CÓMO HACER DEL FRACASO UNA HERRAMIENTA PARA EL ÉXITO. EXCUSAS QUE NO NOS DEJAN AVANZAR
¿Cómo se
originan nuestras vacas? Al igual que con muchos otros malo hábitos, la gran
mayoría de nuestras vacas suelen pasar inadvertidas, lo cual les permite
ejercer un gran poder sobre nuestras vidas, es más pocas personas tan siquiera
son conscientes de ellas y menos admiten que las tenga, ellas ni siquiera
aceptan que den excusas, para ellas sus razonamientos no son excusas sino
simplemente explicaciones legítimas de circunstancias que se encuentran fuera
de su control, y así sucede con cualquier excusa.
Por ejemplo
¿te has puesto a escuchar a las personas que siempre llegan tarde a cualquier
parte? Según ellas no es que lleguen constantemente tarde a todo, sino que
prefieren llegar con un pequeño retraso para evitar ser los primeros, siempre
parecen ser las víctimas del tráfico impredecible y hay algunos que ya pierden
toda la vergüenza y te dicen: ¿Qué le vamos hacer si así somos todos los
latinos? Entonces fíjate en lugar de lidiar con su vaca, tomaron esta excusa y
la convirtieron en una cosa cultural y para no sentirse solos, para no sentir
que eran los únicos, pues los incluyeron a todos en su excusa.
UN EJEMPLO
COTIDIANO
¿Te diste
cuenta? En lugar de decir así soy yo, dicen; “que le vamos hacer si así somos
todos los latinos, si es parte de nuestra cultura, de nuestra idiosincrasia”.
¿Ves la manera tan fácil como podemos justificar nuestros malos hábitos?
Convertimos nuestros pretextos en explicaciones lógicas., a nuestros miedos preferimos
llamarlo precauciones acertadas y a nuestras pobres expectativas simplemente
una manera más realista de ver la vida. Nos negamos aceptar que estemos
conformándonos con segundos lugares y preferimos pensar que lo que estamos
haciendo es siendo prácticos para evitar decepciones mayores, nunca admitiremos
ser mediocres, eso jamás, preferimos pensar que lo que estamos haciendo es
estableciendo niveles aceptables de rendimiento.
¿Ves lo
fácil que es engañarnos a nosotros mismos? Y esta es la razón por la cual
muchas personas les es difícil aceptar que puedan contar con alguna vaca en su
vida, para ellas sus justificaciones simplemente no suenan como excusas y la
razón es porque no todas las vacas mugen como vacas y lucen como vacas, ellas
vienen disfrazadas de diferentes maneras que las hacen menos reconocibles y más
tolerables, preferimos llamarla de mil maneras más aceptables, de manera que
nos produzcan menos remordimientos, y eso es lo que precisamente las hace tan
peligrosas por lo cual debemos aniquilarlas si deseamos triunfar, yo sé que
suena un poco violento hablar de matar tus vacas, sé que seguramente
preferirías si te pidieras que realizaras un cambio de actitud, que trataras de
modificar tu comportamiento o que buscaras cambiar tus malos hábitos, pero la
verdad es que aunque tratemos de suavizar estos términos, estos no nos va
ayudar a deshacernos de ellos.
ELIMINA TODOS TUS PRETEXTOS
Así que en
esta metáfora la vaca representa todo pretexto, justificación, mentira, duda,
miedo, excusa o falsa creencia que nos mantiene atados a una vida de
mediocridad y nos impide lograr la calidad de vida que en verdad merecemos.
En general
toda vaca pertenece a una de estas dos categorías:
- Las excusas
- Las actitudes limitantes
En la
categoría de las excusas se encuentras las justificaciones, los pretextos, las
evasivas, las disculpas y las famosas mentiras blancas. Mientras que en la
categoría de las actitudes limitantes están los miedos, las dudas,
explicaciones racionales, las limitaciones y las falsas creencias, y todos
nosotros hemos utilizado algunas de estas modalidades en algún momento de
nuestra vida.
Entonces
empecemos con las excusas, y tú te estarás diciendo ¿Excusas? ¿Yo? Nunca. ¿Pues
sabes qué? Las excusas son las vacas más comunes, las excusas son una forma
cómoda de eludir nuestras responsabilidades y justificar nuestra mediocridad
encontrando culpables por todo aquello que siempre estuvo bajo nuestro control.
EL PODER DE LAS EXCUSAS NO PUEDEN SER MAYOR A TU VOLUNTAD DE TENER ÉXITO
Las excusas
son una manera de decir, yo lo hice pero no fue mi culpa, no he podido triunfar
en mi negocio pero la culpa es del presidente que dañó toda la economía,
reprobé el examen pero la culpa fue del maestro que no nos dio suficiente
tiempo para estudiar, no he avanzado en mi trabajo pero la culpa es de mi jefe
que no aprecia mi talento, fracase en mi matrimonio pero la culpa fue de mi
esposa que no hizo un esfuerzo por comprenderme. ¿Y que tienen todas estas
excusas en común? Todas sirven un solo propósito, LIBRARNOS DE TODA
RESPONSABILIDAD Y COLOCARNOS EN EL PAPEL DE VICTIMAS.
La culpa no
es mía, yo quería, yo tenía las mejores intenciones, que conste que yo estaba
dispuesto pero la culpa es de mi esposa, mi esposo, el jefe, o de mi grupo, o
del gobierno, o de mis socios, de la economía, o del mayor culpable de todos:
EL DESTINO. Y lo peor de todos es que mientras pensemos que la culpa es de
alguien más, no haremos absolutamente nada para remediar dicha situación,
después de todo no es nuestra culpa.
Hay solo
tres verdades acerca de las excusas:
- Si verdaderamente quieres
encontrar una disculpa para justificar cualquier cosa, ten la plena
seguridad que la hallarás sin mayor dificultad.
- Puedes estar seguro que una vez
intentes utilizar cualquier excusa, es que encontrarás aliados, no importa
que tan increíble y absurda pueda sonar tu excusa, vas a encontrar
personas que la crean y la compartan, tanto así que las escucharas decir:
¡Yo sé cómo te sientes porque a mí me sucede exactamente lo mismo.!
Y la tercera
verdad acerca de las excusas, es que una vez que las utilices, notarás
inmediatamente que nada habrá cambiado, el problema que estabas evitando
enfrentar mediante la excusa, continuará igual. No habrás avanzado hacia su
solución, sino que por el contrario habrás retrocedido. Peor aun, cada vez que
utilices dicha excusa la llevas un paso más cerca de convertirse en tu
realidad.
¿NO TIENES TIEMPO PARA TENER ÉXITO?
Por ejemplo,
cada vez que dices: ¡No tengo tiempo! Ese no tengo tiempo es para justificar el
no hacer lo que sabes que debes hacer, pierdes un poco más el control sobre tu
tiempo y tu vida, y pronto comienzas a notar que estás viviendo una vida
reactiva, de urgencia en urgencia, sin tiempo para hacer aquello verdaderamente
importante para ti, con cada uso de tu excusa, con cada vez que dices no tengo
tiempo, esta excusa adquiere una mayor validez hasta que termina por
convertirse en verdad. Porque lo cierto es que todos tenemos el tiempo que
necesitamos, ni un minuto más, ni un minuto menos, tanto el triunfador como el
fracasado cuentan con 24 horas en su día, la única diferencia entre ellos es la
manera como eligen invertir su tiempo. Indudablemente las excusas son una
manera simple de evitar lidiar con el peor enemigo del éxito, la mediocridad.
Así que olvídate de las excusas, piensa, tus amigos no las necesitan, y tus
enemigos no las van a creer de todas maneras, así que comienza por eliminar tus
excusas.
Como estamos
hablando de cómo se originan nuestras vacas, donde es que las aprendemos, y
como terminan por grabarse en nuestro subconsciente, quiero dedicar unos
minutos para compartir contigo una de las maneras más fáciles de como mucho de
nosotros nos adueñamos de vacas que ni siquiera eran nuestras, muchas de ellas
eran vacas que andaban circulando por las calles, en la escuela, en la casa y
en muchos otros lugares, y pasaban inadvertidas porque no iban con un letrero
grande al frente que decía: ALERTA SOY UNA VACA, ni tenían una etiqueta que
dijera excusa, justificación o pretexto, porque si fuera así nosotros las
evitamos, el problema es que como siempre van disfrazadas, pues no las
reconocemos, ellas vienen camufladas como refranes, adagios, y otros dichos
populares que uno cree que tienen que ser ciertos porque después de todo por
algo debe haber sido que se convirtieron en dichos populares.
DICHOS Y REFRANES DE GENTE QUE NO QUIERE PROGRESAR
Pero lo
cierto es que lejos de ser verdades, muchos de estos dichos son simplemente
vacas que al ser compartidas por muchas personas y repetidas con cierta
frecuencia, terminan por convertirse en refranes y dichos que adoptamos como si
fueran verdades absolutas, a pesar de que en la mayoría de los casos, no son
más que mentiras revestidas de una fina capa de algo que se asemeja a la
verdad. Porque la mayoría de los dichos son vacas, son excusas a las que
convenientemente atribuimos un gran valor que nos ayuda a justificar nuestra
mediocridad. Y yo he encontrado cientos de ellos, pero solo para que veas que
lo que estoy diciendo es verdad.
Voy a
compartir contigo 5 dichos o refranes populares que escogí así al azar, para
que seas tú quien juzgues que tanta verdad encierran estos dichos:
- Es mejor malo conocido que
bueno por conocer.
- Lo importante no es ganar o
perder, sino haber tomado parte del juego. (QUE VACA)
- Ojos que no ven, corazón que no
siente.
- Pobres pero honrados.
- Perro viejo no aprende nuevos
trucos.
¿Te has
preguntado si estos refranes encierran alguna verdad? Porque vale la pena
examinar si esos dichos son ciertos o no, y más importante aun, cual es el
verdadero precio que estamos pagando por utilizarlos, porque muchos de nosotros
no solo los utilizamos sino que los creemos, y hasta con orgullo se los
compartimos a otras personas sin creer que nos estén causando algún daño.
Imagínate por ejemplo, lo ilógico de decir no a una nueva oportunidad y
preferir mantenerse en una situación desventajosa, porque, es mejor malo
conocido que bueno por conocer.
NO ME GUSTA
MI TRABAJO
Sin embargo,
cuantas personas conoces tú, que le dicen no a una nueva oportunidad
profesional, a la oportunidad de empezar un nuevo negocio y prefieren quedarse
en un trabajo del cual no disfrutan, que no los está llevando a ningún lado,
porque como dice el dicho, es mejor malo conocido que bueno por conocer, eso es
equivalente a decir, odio lo que estoy haciendo, no me gusta mi trabajo, no
puedo soportar esta situación ni un minuto más, sin embargo, prefiero quedarme
en ella y no arriesgarme a que de repente termine en una situación peor.
¿No te
parece absurdo?
Pero tan
increíble como pueda parecerte, esta vaca que se ha convertido en un refrán tan
popular, es responsable por cientos de miles de personas que están en trabajos
que no los está llevando a ningún lado, o que son víctimas de relaciones
abusivas o que no se atreven ni siquiera a mirar que otras opciones tienen,
porque de alguna manera, por alguna razón, se les ha metido en la cabeza que es
mejor no arriesgar esa vida de mediocridad y correr el riesgo de terminar peor.
Entonces continúan caminando por ese callejón sin salida y prefieren más bien
no pensar en las oportunidades que puedan haber allá afuera, fíjate lo
peligroso de ese refrán que muchas veces nosotros repetimos hasta con cierto
humor sin creer que nos esté haciendo ningún daño.
¿Y ahora qué
me dices de esta vaca?
“Lo
importante no es ganar o perder, sino competir”. ¡QUE VACA! Porque ¿Cómo le vas
ayudar a utilizar su potencial al máximo a una persona que piensa que no hay
mayor diferencia entre ganar o perder? Sin embargo, el mayor problema es que a
menos que le examines con cuidado esta vaca tiene ciertos rasgos nobles.
LO
IMPORTANTE PARA TRIUNFAR ES TENER MENTALIDAD DE GANADOR, ES GANAR O GANAR. LEE ESTA ANÉCDOTA:
Recuerdo que
en uno de mis seminarios una persona me reprochó el hecho de que yo ponía
demasiado énfasis en la importancia de triunfar y me decía que yo le daba
demasiada importancia ganar y pues que ganar no era lo más importante y pues ya
no se pudo aguantar más y entonces decidió hacernos un regalo a toda la
audiencia y a mí en especial, y fue ahí cuando dijo: Porque recuerde Doctor
Cruz, que como dice el sabio refrán; “Lo importante no es ganar o perder sino
competir”. Y yo pues, sin ninguna intención de ofender a esta persona pero con
todas las intenciones de dejar claro de una vez por todas si este refrán es cierto
o no, le pregunté no solo a él, sino a toda la audiencia, les pregunté:
¿A ver si lo
importante no es en realidad ganar o perder, levante la mano aquellas personas
a las que no les molestaría demasiado perder en el juego de la vida, a ver
levante la mano?
¿Cuántas
personas crees tú que levantaron la mano? Ninguna. Ni siquiera la misma persona
que nos había compartido esta perla de sabiduría, porque lo cierto es que si
todo lo que tuviéramos perdiendo fuera una partida de ajedrez, pues, quizás eso
no represente mayor cosa, pero cuando son tus sueños, tus metas y tu felicidad lo
que está en juego, no creo que deberíamos aceptar tan tranquilamente la
posibilidad de perder, además antes de apresurarnos a adoptar un nuevo
principio, debemos considerar la fuente de donde vino. ¿Quién crees tú que fue
la primera persona que utilizó este refrán? Pues yo supongo que un perdedor.
Esta vaca es ciertamente un monumento a la mediocridad.
¿Y qué me
dices de esto?:¡Pobres pero
honrados! La vaca predilecta de las personas que no han podido salir de la
pobreza financiera, de alguna manera tiene que justificar su pobreza, y que
mejor manera de hacerlo que diciendo: ¡Seremos pobres pero por lo menos somos
honestos! O ¡No tendremos mucho pero al menos somos unidos! ¿Si ves? Que vaca
tan peligrosa, si hasta parece virtud, es como si la persona tuviera diciendo:
mire usted, a mi Dios me dio la oportunidad de tener mucho dinero o de ser
pobre pero honesto, y yo escogí lo segundo. ¡No pues que admirable!
Porque
cuando la gente dice, pobre pero honesto, o seremos pobres pero por lo menos
unidos, lo que está diciendo es que para salir de la pobreza hay que dejar de
ser honesto o que si quieres triunfar financieramente pues vas a perder la
unión con la familia, pero tú y yo sabemos que ningunas de esas cosas es
cierta, porque podemos ser ricos y honrados, y ricos y unidos, sin
embargo, para la persona pobre que quiere justificar su pobreza, pues eso
es un buen dicho, un buen refrán.
¿Ahora qué
piensas del tan conocido?: ¿Ojos que no
ven, corazón que no siente? Que lección tan importante, que filosofía de vida,
porque lo que este refrán enseña es que la mejor manera de evitar sufrir es
vivir en la ignorancia, porque después de todo, ojos que no ven corazón que no
siente. Sin embargo, no te imaginas cuantas veces he escuchado ese refrán de
personas que prefieren no ir al médico a pesar de las dolencias que les pueden
estar aquejando, influenciadas por esta absurda idea, o padres que no se
atreven a preguntarles a sus hijos si algo anda mal por miedo a lo que puedan
escuchar, y no creas que estoy bromeando, es increíble la cantidad de personas
que prefieren no darse por enterado de sus problemas para no tener que lidiar
con ellos.
El problema
es que muchos, posponen y posponen tener que enfrentar sus problemas hasta
cuando a veces ya es demasiado tarde y así como estos hay decenas y miles de
dichos, refranes y frases que utilizamos despreocupadamente y que muy pocas
veces nos detenemos a cuestionar la supuesta enseñanza que encierran.
DICHOS
POPULARES
Asumimos que
si se han convertidos en dichos populares deben ser porque guardan una profunda
verdad, sin embargo, muchas veces lo que los ha convertido en dichos es ser
vacas compartidas por un gran número de personas, así que antes de apresurarte
a utilizar cualquiera de estas supuestas joyas de la sabiduría popular,
asegúrate de no estar perpetuando aquellas vacas que lo único que logran en tu
vida es hacer más llevadero el conformismo, después de todo recuerda que como
dice el dicho: mal de muchos, consuelo de bobos.
Anteriormente
dije las vacas pertenecen a una de dos categorías las excusas y las actitudes
limitantes, ya hablamos de la primera, ahora hablemos un poco de la segunda: LAS JUSTIFICACIONES:
Consideremos
por ejemplo, las justificaciones, una de las actitudes limitantes más comunes,
explicaciones con las cuales tratamos de convencernos a nosotros mismos y hacia
lo demás que la situación no esta tan mal como parece. Muchas personas
derrochan gran cantidad de tiempo justificando y explicando porque deben
continuar en una situación en la cual es obvio que no quisieran estar,
prefieren fabricar complejas explicaciones para justificar quedarse en un mal
trabajo en lugar de hacer lo obvio, buscar otras opciones, y al final terminan
por convencerse a ellos mismo de que el quedarse es la mejor alternativa.
DE NUEVO
OTRA ANÉCDOTA
Cuando
pienso acerca de los efectos devastadores de las justificaciones, recuerdo a
una señora que se acercó a mí durante una presentación que me encontraba
realizando, ella quería que le ayudara a desarrollar una mejor actitud hacia su
trabajo. ¿Por qué no me dices un poco acerca de tu trabajo? Le pregunté. Y lo
primero que me dijo fue: ¡Odio mi trabajo! Mi jefe es un cínico y no
aprecia mi trabajo y lo peor de todo es que no estoy haciendo aquello para lo
cual me preparé.
He tratado
de ser positiva, pero el solo hecho de tratar de llegar a mi trabajo cada
mañana se ha convertido en una pesadilla y después de esto, ella prosiguió a
darme suficiente razones de por qué tristemente ella pensaba que no tenía otra
opción más que quedarse allí. Cuando finalmente me preguntó, que podía
aconsejarle para sobrellevar su situación laboral de una manera más positiva,
le dije: RENUNCIA. Busca otro trabajo, descubre algo que ames hacer, la
sorpresa en su cara me dejo claro que esta no era la respuesta que ella estaba
esperando, la verdad no creo que ni tan siquiera fuera una opción que ella
hubiese considerado, le explique que nuestra meta nunca debe ser aprender a
soportar aquello que odiamos, sino descubrir aquello que amamos hacer, la vida
es demasiado corta para derrocharla haciendo cosas que odiamos.
En ocasiones
las actitudes limitantes toman la forma de falsas creencias acerca de nuestras
propias habilidades, acerca de las demás personas o el mundo que nos rodea,
creencias que no nos permiten utilizar el potencial al máximo.
FALSAS CREENCIAS QUE NO DEBES USAR SI QUIERES TENER ÉXITO
Una dama a
quien tuve la oportunidad de conocer en unos de mis eventos en la ciudad de
Miami, estaba recién llegada a este país, tenía 60 años y llevaba varios meses
tratando de encontrar un trabajo, ella tenía todo un arsenal de creencias
acerca de porque le iba hacer tan difícil de tener éxito en su profesión. Mi
búsqueda de empleo ha sido un fracaso total, quizás sea porque nunca he sido
buena trabajando con otras personas o debe ser porque soy muy mayor y ninguna
empresa va a querer contratar a una mujer de 60 años con un fuerte acento como
el mío.
Durante
varios minutos ella se aseguró de presentarme un sin número de argumentos de
porque le iba a ser imposible de encontrar un buen trabajo, al final de nuestra
conversación me enteré que durante esos meses ella solo había aplicado a un
trabajo en el cual no había sido aceptada, y entonces me pregunto: ¿Qué puedo
hacer Doctor Cruz? Algo me dijo que no era la primera vez que esa dama
compartía su historia de horror y desencanto, es más estoy seguro que ya la
había compartido un par de cientos de veces antes de llegar a mí, por esta
razón le dije: Bueno primero quiero que dejes de contar esta historia, y
segundo esperemos a que recibas 100 rechazos antes de apresurarnos a referirnos
a tu búsqueda de trabajo como un fracaso total. ¿De acuerdo? Solo cuando hayas
recibido 100 rechazos nos preocupamos de encontrar una nueva estrategia de
búsqueda de trabajo.
EL RESULTADO
Tres meses más
tarde, coincidencialmente me encontraba realizando otro evento en la misma
ciudad y nuevamente esa dama hizo su aparición, y camino hacia mi haciéndose
paso entre la gente y con una voz llena de orgullo y entusiasmo me dijo: Dos,
no tuve que recibir más que dos rechazos antes de encontrar un gran trabajo y
llevo dos meses y medio con él y estoy muy contenta y en verdad se veía muy
feliz, era una nueva persona y te cuento esta historia porque esto es una
muestra de lo que puede suceder cuando nos liberamos del enorme peso de cargar
con tantas vacas acuestas.
¿ERES
OPTIMISTA O PESIMISTA?
Otras de las
actitudes más limitantes que existe es el pesimismo, y el pesimismo es un gran
ejemplo de cómo comienzan a tomar forma muchas de nuestras vacas, los pesimistas
viven en un mundo deprimente, negativo, mientas los optimistas viven en
un mundo positivo, lleno de oportunidades, pero la verdad por supuesto es que
los dos comparten el mismo mundo, la verdadera diferencia entre la vida que
ellos experimentan y los resultados que obtienen son solo la consecuencia
lógica de su actitud y sus pensamientos dominantes.
EL COMIENZO
DE LAS ACTITUDES PESIMISTAS
En cierta
ocasión hablando con una persona particularmente negativa, descubrí el que creo
yo es el comienzo de las actitudes pesimistas de muchas personas, en respuesta
a un comentario que yo le hice sobre su visión un tanto pesimista del mundo, el
rápidamente respondió con la tal familiar frase “Yo simplemente estoy siendo
realista”. Y esta sí que es una vaca mayor, seguramente tu habrás encontrado a
una de esas personas que emplean gran cantidad de tiempo tratando de
convencerte de que sus actitudes negativas no son más que expectativas
realistas, de hecho si le preguntas a una persona positiva si es optimista con
seguridad te dirá que sí, no obstante, si le preguntas a una persona negativa
si es pesimista seguramente te responderá algo así: “Yo no soy pesimista, yo
simplemente soy realista”.
¿Ves por qué
este pensamiento es una vaca?
Si aceptas
que eres pesimista, negativo y amargado, pues es posible que tarde o temprano
decidas que necesitas cambiar y optes por buscar ayuda para hacerlo, sin
embargo, si crees que solo estas siendo “realista”, pues lo más probable es que
no sientas la necesidad de cambiar, después de todo ser realista es tener los
pies sobre la tierra y ver las cosas tal como son o por lo menos eso es lo que
dicen los realistas.
Si observas
con cuidado te darás cuenta que las denominadas personas realistas tienden a
ser pesimistas y tener bajas expectativas, ser una de esas personas “realistas”
no solo te impiden ver tu propio pesimismo sino que actúan como un ente a
través del cual vez e interpretas el mundo que te rodea. Por ejemplo si te
pones unos lentes oscuros pues todo lo vas a ver oscuro, si utilizas unos
lentes de color verde pues todo lo veras verdoso, de la misma manera los
pesimistas tienden a enfocarse en los problemas y no en las soluciones, tienden
a ver con mayor claridad su debilidades que sus fortalezas y suelen tener
expectativas muchos más bajas que la persona promedio, porque su pesimismo es
como un lente a través del cual ellos observan y evalúan el mundo que los
rodea, y no es que hayan nacido así, su pesimismo es un comportamiento
aprendido.
TUS VACAS
SON UN DISFRAZ
Así que como
vez las vacas suelen adoptar formas y disfraces que dificultan que las
reconozcamos con tales, lo cierto es que a pocas personas les gusta admitir que
tienen vacas en sus vidas, prefieren aceptarlas como cargas ineludibles que el
destino ha depositado sobre sus hombros, sobre las cuales ellas tienen muy poco
o ningún control, recuerda que en general, toda idea que te debilite, que te de
una excusa o te ofrezca una escapatoria para eludir la responsabilidad de lo
que debes hacer, es seguramente una vaca, y de la misma manera que muchas
grandes mentiras comienza como una simple mentirilla blanca, las enormes y bien
desarrolladas vacas con que cargamos a lo largo de toda nuestra vida, han
comenzado como inocentes mansas terneras.
Como has
podido observar es fácil apropiarnos de un sin números de vacas que lo único
que logran es limitarnos a impedirnos vivir nuestra vida al máximo, pero ¿Qué
hace que un ser humano, voluntariamente lleve una vaca acuestas a pesar de
saber que le priva de vivir una vida plena y feliz? Sin embargo, tan absurdo
como pueda parecerte, muchas personas han tomado la decisión consciente de
permitir que estas falsas ideas saboteen su éxito.
MI RESPUESTA
Yo creo que
en parte la respuesta a esta pregunta esta en algo que hace algún tiempo le escuche
a un entrenador técnico decirle a su equipo, él les decía: “El enemigo de lo
extraordinario es lo bueno”, inicialmente pensé que se había equivocado y que
había querido decir que el enemigo de lo extraordinario era lo malo, lo
mediocre, pero después de reflexionar un momento acerca de esta idea, pude
apreciar la gran sabiduría de esta simple frase.
UNA FRASE
PARA NUNCA OLVIDAR
Piensa, que
mientras estemos satisfechos con ser buenos, nunca seremos extraordinarios. Somerset
Maugham, escritor británico de drama y ficción, dijo: Lo interesante acerca del
juego de la vida es que si decidimos aceptar solo lo mejor de lo mejor,
generalmente lo conseguimos. Lo interesante es que lo opuesto es igualmente
cierto, aquellos que deciden contentarse con una vida promedio o una existencia
mediocre, generalmente también lo logran.
CONCLUSIONES
Muchas
personas, yo diría que la gran mayoría son conscientes de las vacas que llevan
acuestas pero continúan cuidándolas y alimentándolas porque estas le proveen
una zona de comodidad en la cual la mediocridad es aceptable. En esta zona de
comodidad no están requeridos a dar el 100% en lo que hacen y no tienen que
preocuparse demasiados por su propio éxito mientras logren encontrar algún
culpable por sus circunstancias personales fuera de sí mismos, ellas tienen una
excusa para cada estación, cada ocasión y cada día de la semana, la culpa de su
pobre suerte son otras personas, las circunstancias o el destino y mientras
haya a quien culpar, pues todo está bien.
Sin ninguna
vaca que justifique nuestra mediocridad, solo tendríamos dos opciones en
realidad:
- Aceptar total responsabilidad
por nuestras circunstancias y cambiar, en otras palabras TRIUNFAR.
- O aceptar que somos incapaces
de tomar control de nuestra vida y resignarnos a lo peor, o sea fracasar.
TRIUNFAR O
FRACASAR: ¿CUÁL ELIGES?
Si ves, esas
serían las dos únicas opciones, y cuando la opción esta entre triunfar o
fracasar pues es más fácil tomar la decisión de triunfar, nadie va a escoger
voluntariamente la opción de fracasar, sería absurdo, sin embargo, las vacas
nos dan una tercera opción aun peor que el fracaso, nos convierten en personas
con buenas intenciones a quienes infortunadamente la suerte no les ha sonreído.
Queremos
llegar lejos pero no hemos podido, deseamos lograr grandes metas pero por
alguna razón nos ha sido imposible, no se nos presentan las oportunidades que a
otros sí, no tenemos buenos genes, no heredamos el talento o no hemos tenido
buena fortuna y puesto que somos las pobres víctimas de un cruel destino
debemos contentarnos con lo poco que tengamos y esto quiere decir una vida de
mediocridad.
LA MEDIOCRIDAD ES PEOR QUE EL FRACASO TOTAL
Por eso es
que yo estoy totalmente convencido de que la mediocridad es peor que el fracaso
total, porque el fracaso al menos te obliga a evaluar otras opciones, cuando
has tocado fondo y te encuentras en el punto más bajo de tu vida, la única
opción es subir, la miseria absoluta, el fracaso total, el tocar fondo te
obliga a actuar, no obstante, con el conformismo sucede todo lo contrario, el
gran peligro de la mediocridad es que es soportable, podemos vivir con ella.
Quiero
terminar con una historia que escuche hace algún tiempo y que ilustra este
punto perfectamente.
Se trata de la historia del perro y el clavo, una historia corta para reflexionar sobre este artículo.
Se trata de la historia del perro y el clavo, una historia corta para reflexionar sobre este artículo.
RECUERDA
QUE: “Tienes vacas
para justificar tu mediocridad o tienes razones para logar tu éxito, pero
generalmente, no puedes tener las dos”.
NOTA: Sin intención de infringir en copyright total o parcial, este artículo
fue tomado de un audiolibro del Doctor Camilo Cruz, conferencista y estratega
del éxito, todo el crédito y respeto para él.
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